Frase inolvidable

"Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante"

Ryszard Kapuściński

Tiempo Argentino

domingo, 3 de junio de 2012

La decadencia del imperio hegemónico


La decadencia del imperio hegemónico

Todos sabemos que el Grupo Clarín buscará y utilizará sus peores armas, recursos, extorsiones, aprietes y chantajes para intentar torcer el irremediable destino que se les avecina a partir del próximo 7 de diciembre.

Por Enrique Masllorens

El pasado 17 de abril escribí una columna en este diario que titulé “161 razones para un fusilamiento mediático”. Era una clara referencia al temor y la exasperación del Grupo Clarín ante la probabilidad de que la Corte Suprema de Justicia pusiera fin a los abusos procesales del monopolio y que en el curso de este año se fijara el cese de las trabas cautelares para el cumplimiento del artículo 161 de la Ley 26.522. Esto es, ajustarse a derecho, adecuar la desmesurada cantidad de licencias que poseen al límite que fija la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

La desesperación de estos hijos de Magnetto los hacía y los hace redoblar día a día la apuesta en contra del conjunto del pueblo argentino, de sus decisiones soberanas y de su voluntad emancipatoria. La nota –además de hablar de los plazos y las fechas– vinculaba esa guerra despiadada contra el gobierno y en esos días especialmente centrada en el vicepresidente Amado Boudou, en un casi último recurso para frenar al bendito artículo 161 y de paso –y por las dudas– tratar de destruir la imagen de la justicia. La larga lista de operaciones no cabría ni en toda la extensión del diario. A los habituales Guillermo Moreno, Boudou, La Cámpora, Mariotto se sumarán en estos días la del candidato a procurador de la Nación, Daniel Reposo y a cuanto dirigente o militante cercano al gobierno puedan apuntarle. Y cuando las medidas que decide Cristina no tienen espacio para la discusión o la oposición, arrancan con la intencionada pregunta: ¿Por qué no lo hicieron antes?

Todos sabemos –y estamos preparados– que el Grupo Clarín buscará y utilizará sus peores armas, recursos, extorsiones, aprietes y chantajes para intentar torcer el irremediable destino que se les avecina a partir del próximo 7 de diciembre. Justo en el 48º aniversario de la primera victoria diplomática en la ONU, cuando se logró que se considerara la situación de las Islas Malvinas, pese a la férrea oposición de los colonialistas británicos. Dos luchas por la emancipación: la de la soberanía territorial y la de la liberación de la palabra.
Pero la historia de la decadencia de los imperios de la historia suele caracterizarse por las razones exógenas como las guerras, muerte de sus líderes, apariciones de otros paradigmas o creencias, siempre existen causas endógenas y signos de debilidad, de inconsistencia que preanuncian soterradamente la posterior caída. La pérdida de los valores declamados, la utilización de recursos que no se condicen con quien se siente fuerte y con derechos intocables, los medios –en ambos sentidos– usados como fines sin señales de ética y moral, denotan la pérdida de ese poder omnímodo que creían eterno. El Tercer Reich se planteó una continuidad de 1000 años y un mundo unipolar y terminó usando a viejos y pre adolescentes para defender o retardar su debacle. Los Estados Unidos luego de la invasión a Irak perdió la poca o mucha credibilidad que tenía –sostenida por un gigantesco aparato propagandístico propio y de sus cipayos en el resto del mundo– y sólo se puede temerles a estos “defensores de la libertad y la democracia” , porque conservan y acrecientan su descomunal poderío militar.

Y aunque pueda parecer exagerada la comparación con este grupo local de operadores de intereses económicos disfrazados de defensores de la libertad de expresión, es posible equiparar actitudes y procedimientos. Siguiendo al doctor Paul Joseph Goebbels, repiten mentiras obsesivamente, consiguiendo una confianza en sus falsedades que ahora van perdiendo irremisiblemente. Como George W. Bush inventando mortíferos arsenales en tierras iraquíes mientras buscaba petróleo para sus arcas, los medios hegemónicos falsean la realidad en la sola defensa de sus intereses patrimoniales.
Otros signos de la debilidad moral y conceptual del Grupo Clarín y sus satélites es la utilización de personajes que les fueron ajenos, pero que necesitan reclutar para reforzar sus líneas. El caso Tenembaum, Zlotogwiazda y de quien tarde o temprano los va a traicionar, el inefable Jorge Lanata. La pretendida cara progre de estos obedientes muchachos les sirve ahora. Pero sépanlo, también ellos pueden ser descartados, si los vientos se convierten en tempestades.

En tiempos de debates constitucionales no dudarán en seguir dándole espacio al “constitucionalista” Félix Loñ, que escribió en 2009 que la Ley de SCA ponía en riesgo la libertad de expresión y que ahora la Corte Suprema lo desmiente de forma unánime. Y que en octubre de 2011 en La Nación publicó que “el gobierno kirchnerista se caracteriza hasta por el incumplimiento de las sentencias de la Corte Suprema de Justicia. ¿Sabrán esos diarios, es más, sabrá el público en general que Félix Loñ tuvo ficha de ingreso en 1976 en Casa de Gobierno como asesor del asesino Jorge Rafael Videla y que ahora dice fungir como asesor ad honorem de varios legisladores radicales?
Aún con la Ley 26.522 funcionando a pleno, el Grupo Clarín seguirá siendo un actor importante en el mapa de medios de comunicación. Nadie pretende que no esté más. Sólo que todos cumplan con lo votado por los representantes del pueblo. Y que el 7 de diciembre podamos festejar que hay más democracia y que seguimos ampliando derechos. Desde ya, brindamos por ello.


Fuente: Tiempo Argentino

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