Frase inolvidable

"Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante"

Ryszard Kapuściński

Tiempo Argentino

viernes, 11 de noviembre de 2011

Ernesto Laclau: “Es el mejor momento de la Argentina que he conocido”

El ensayista Ernesto Laclau consideró que la Argentina atraviesa un momento único, gracias al actual proceso político que conduce Cristina Fernández de Kirchner, por oposición a la crisis de identidad y económica del viejo continente

Minutos antes de la presentación de la revista Debates y combates, en el auditorio del tercer piso de la Biblioteca Nacional, en conversación con Télam, Laclau fue contundente: "Creo que éste es el mejor momento de la historia argentina que yo he vivido", dijo sin ocultar su satisfacción por la publicación que dirige, y por el nivel de sus colaboradores.

Laclau sostuvo que a pesar de la crisis económica que azota al llamado mundo desarrollado, el estado de las cosas en la Argentina es distinto.

"Económicamente, la situación es sólida; por supuesto que habrá coletazos de la crisis internacional, pero serán menores; sin dudas, hoy día, la economía argentina no es tan dependiente de las inversiones extranjeras", aseguró.

Sin embargo, Laclau no es expansivo sin más. Dijo que "es importante tomar ventaja de la crisis (económica europea) para intentar una diversificación productiva mayor" de la existente en el país.

Y agregó: "Desarrollar aún más el mercado interno es muy importante. Pero eso no se hace en un día. Se requiere de una política de inversiones de largo plazo".

Ernesto Laclau nació en octubre de 1935; es filósofo, profesor emérito de la Universidad de Essex (Inglaterra) y profesor distinguido de Humanidades y Estudios Retóricos de la Universidad de Northwestern en Chicago (Estados Unidos).

Además, es director del Centro de Estudios del Discurso y las Identidades Sociopolíticas (CEDIS) de la Universidad Nacional de San Martín.

Publicó, entre otros libros, "Hegemonía y estrategia socialista"; "Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo"; "Emancipación y diferencia"; "Misticismo, retórica y política"; "Contingencia, hegemonía, universalidad"; "La razón populista" y "Debates y combates".

La revista pone el acento en promover estas discusiones y confrontaciones, porque la idea rectora es abrirla a la participación de otros discursos (el psicoanálisis, por ejemplo) y a otros actores sociales.

"Es a la vez teórica y política, tendrá una difusión continental. Se venderá en América latina y España y será distribuida por el Fondo de Cultura Económica. Esperamos que sea una publicación para nuestros países como lo es la New Left Review para el mundo anglosajón", apuntó.

"Queremos darle una proyección latinoamericana, ya que el continente está pasando por un período de creciente integración política, económica, social, cultural. Esa perspectiva está presente desde el primer número", afirmó.

Y abundó: "En cada número habrá algún artículo sobre un país en particular. En el próximo, se analiza el movimiento estudiantil chileno. Y tiene una entrevista a Camila Vallejos, la principal líder estudiantil".

Por contraste, la situación político-social y económica del Viejo Mundo, a Laclau lo preocupa.

"Es el momento más crítico de la economía europea que puedo recordar en los 40 años desde que estoy allá. Y los gobiernos están respondiendo a la crisis con un modelo de ajuste absolutamente ortodoxo".

En cambio, "en América latina hay una tendencia a romper con las políticas de desregulación, el monetarismo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). En Europa siguen ordenados según ese sistema".

¿Cómo se explica insistir con ese vademécum? - Es que cuando los hábitos mentales están anclados en ciertas fórmulas, es difícil superarlas. Eso está generando una protesta social generalizada. De eso se trata el movimiento de los indignados que se esparció a la mayor parte de los países europeos, expresó.

- Giorgio Agamben, Peter Sloterdijk, Hillary Putnam, Etienne Balibar, Pierre Rosanvallon, Toni Negri, Alain Badiou, todos intelectuales muy críticos con formación en la izquierda, ¿qué piensan al respecto?
- Esa gente piensa más o menos lo mismo que yo: que se está reaccionando a la crisis de la peor manera posible, al igual que Paul Krugman y Joseph Stiglitz. Economistas y Premios Nobel, ambos son críticos de estas respuestas. Y son favorables a lo que está ocurriendo en las economías latinoamericanas.

- La forma-partido, ¿no habrá entrada en fase terminal?
- Bueno, es una pregunta. Lo que es cierto es que la forma-partido ya no tiene la consistencia o la centralidad que tuvo en el pasado. Los movimientos sociales están dando formas nuevas de organización, que no pasan a través de la forma-partido.

Pero no quiero decir que los partidos hayan entrado en un colapso total. Simplemente son menos eficaces. En ese sentido, la Argentina también es un ejemplo: se pudo articular una política emancipatoria con un sistema de partidos.

Fuente: Télam 

jueves, 10 de noviembre de 2011

San Pedro: siguen las colas en las oficinas de Cablevisión para gestionar la tarifa de 116 pesos

Una importante cantidad de abonados se concentra en las oficinas locales de Cablevisión, ubicadas en Pellegrini 578 de esta localidad, a fin de realizar los trámites necesarios para pagar una factura de 116 pesos. Los usuarios deben presentarse con la factura que les llegó a sus viviendas y solicitar, en la sucursal local de la firma, la reimpresión de la misma con el costo menor al que figura en el recibo.
Tras el anuncio realizado por la Oficina de Defensa del Consumidor del Concejo Deliberante de San Pedro, acerca de la posibilidad de que los clientes de Cablevisión soliciten un abono de 116 pesos, la sucursal local de la empresa realizó una importante cantidad de trámites.
La medida rige tras la resolución de la Secretaría de Comercio de la Nación que obliga a la empresa a cobrar el monto de 116 pesos por los meses de noviembre y diciembre.
Noticias de las AsociacionesSan Pedro: siguen las colas en las oficinas de Cablevisión para gestionar la tarifa de 116 pesos | Defensa del Consumidor en Argentina

domingo, 6 de noviembre de 2011

Carta a Fito Páez

por Norberto Galasso

Comprendo tu reacción, tu bronca, tu explosión en caliente, propia de un artista. Pero así como la comprendo no la comparto. No me da ese asco ese 47% de votos macristas. Me da pena.

En todas las grandes ciudades de América Latina y de cualquier otro país dependiente, las minorías privilegiadas utilizan todo su poder para dominar a los sectores medios, para ponerlos de su lado, para infundirle falsedades. Jauretche lo llamaba la “colonización pedagógica”. Igual que a vos le provocaba grandes broncas, pero distinguió entre los promotores de la mentira y los engañados. Quizás los primeros le dieron asco igual que a vos, los otros le daban pena y trataba de desazonzarlos.

El fenómeno es semejante en Buenos Aires, como en Lima o Guayaquil y otras grandes ciudades. Hay que disputar la influencia sobre los sectores medios y destruir los mitos con los que quieren dominarlos.

Desde los letreros de las calles y los nombres de los negocios (bastar darse una vuelta por la Av. Santa Fe), desde los cartelitos de las plazas y las estatuas de los supuestos próceres, desde las grandes editoriales y los “libros de moda”, convertidos en best sellers por los comentarios pagos, desde la prédica liberal en economía y la prédica mitrista en Historia, desde las geografías exóticas y los literatos que cultivan la evasión y lo fantástico, desde la TV farandulizada y superficial, con mesas redondas de bajísimo nivel político alentada por los dueños del privilegio, desde gran parte de los periodistas vendidos al mejor postor, y académicos y catedráticos tramposos, todo ese mundo domina el cerebro de amplios sectores medios que se suponen cultos, se suponen radicalmente superiores a los “oscuramente pigmentados”, se suponen ejemplo de moral (aunque evaden impuestos, se roban ceniceros de los bares y toallas de los hoteles). Sobre ellos recae también la literatura que Franz Fannon llamaba de “los maestros desorientadores”. Vos los conocés, los Marcos Aguinis, los Asís, los Kovaddloff, y las peroratas con latines de aquel viejo comando civil que se llama Mariano Grondona y tantos otros.

Pobre gente, Fito. Con todo eso que le tiran encima a la clase media, una buena parte de ella termina votando a Macri. Están presos de un engaño enorme: creen que Macri gestiona (cosa que hace mal o simplemente no hace) y que Macri no tiene ideología (la tiene y bien de derecha). Por otra parte fue el responsable del contrabando de autos cuando dirigía empresas de su padre, además de las escuchas telefónicas, eliminación de becas y subsidios escolares, negociados con empresas constructoras (única explicación de las bicisendas), lo mismo que su molestia porque los hospitales de la ciudad atiendan a gente “morocha” del conurbano.

Se trata además, que cierta parte de la clase media vive su pequeña vida: asegurarse las vacaciones para el verano, lavar el auto los domingos con más ternura que la que le dedica a la esposa, han mejorado su nivel de vida con los Kirchner y no quieren olas, que nada cambie y creen que algo habrá hecho Macri para esa mejoría que tuvieron. No les importa que el hospital público no funcione porque tienen medicina prepaga y han sido formados en el individualismo No les importa que en el Borda se mueran de frío porque tienen estufas de tiro balanceado, no les importa que en las escuelas públicas falten materiales porque sus hijos van a escuelas privadas donde, como “el cliente siempre tiene razón”, aprueban. Además, creen en el dios Mercado – no obstante que el mercado libre del menemismo a muchos los dejó deteriorados o fundidos- pero no comprenden a los sindicalistas y les eriza la piel cuando lo ven a Moyano. Y bueno, son así, Fito. ¿Qué le vas a hacer? Lo que no justifica su asco sino en un momento de bronca.

En la vida es necesario a veces tener asco y tener odio también. Eso me lo enseñó el confesor de Eva Perón, el sacerdote Hernán Benítez. Me decía: Mire m’hijo. Hay que odiar. Hay que odiar a todos los que frustraron el país, lo entregaron, provocaron miseria y represión. Yo, todas las mañanas, me doy un baño, me tomo una taza de café caliente y después me siento en mi sillón y odio... Yo me asombraba y le decía: Pero, Padre, usted es un cristiano... Y el seguía: Sí, odio, (no asco, Fito). Odio a la oligarquía (ya lo dijo también ese talento que es Leonardo Favio en una canción), odio a Bernardo Neustadt, odio al almirante Rojas... Sabe después que bien me siento para el resto del día. Así hablaba un cristiano de la Teología de la Liberación.

Por eso no hay que confundir al enemigo, Fito. Si hay que tener asco, tengámoslos a los responsables del aparato mediático y cultural, los que tergiversaron la Historia y la economía, los que robaron la capacidad de razonar a muchos compatriotas, no a éstos. A estos hay que convencerlos. Con la modestia que usaba Jauretche: Usted tiene que avivarse (vea 6,7,8, escuche a Víctor Hugo). Se lo aconsejo yo -decía-, que no me creo un vivo, sino apenas “un gil avivado”.

Hay que ganarlos, Fito. No ratificarles que pertenecen al bando del privilegio donde está la Sociedad Rural (¿cuando vieron una vaca esos que votaron a Macri?, ¿qué saben de la renta agraria diferencial?), y decirles como operan las grandes multinacionales y ciertas embajadas y las corporaciones mediáticas.

Los necesitamos, Fito. Comprendo tu bronca, la de un artista, Comprendéme a mí, desde la historia y la política.

Te mando un fuerte abrazo. Y te digo: en octubre, ganamos lejos.